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Acaba de entrar el otoño y nada queda de las tardes en las terrazas y piscinas rebosantes. Si visitas La Rioja en esta época del año, no olvides meter en tu maleta un chubasquero y algún calzado para el agua (hombre precavido vale por dos), pero sobre todo una cámara de fotos que inmortalice un momento único: El cambio de color de los viñedos.

Es algo que se repite de año en año, una maravilla de la naturaleza de esas que parecen de película y que incluso a quienes vivimos en el lugar no deja de sorprendernos.

Una cita indispensable para todo viajero que se precie: Bloggers, instagramers y periodistas, este es el momento ideal para visitarnos.

Pero ¿Sabéis por qué las hojas de los viñedos cambian de color en otoño?

Poco a poco se produce un de cambio de coloración donde el verde da paso a toda una gama de amarillos y tonos rojizos. Éstos mismos llegarán al invierno con sus ramas desnudas.

Hay varios factores que influyen en este proceso, pero el principal es que dejan de producir clorofila. Además de dotarlas de su característico color verde, es el compuesto encargado de convertir el dióxido de carbono, el agua y la luz del sol en alimento para las plantas. Con la ausencia de sol, unos días más cortos y noches largas, la producción de este compuesto se va reduciendo gradualmente.

A falta de este pigmento, son otros los que se dejan ver (amarillos, anaranjados) y aunque siempre habían estado ahí, quedaban “camuflados” por el color verde de la clorofila.

Otra de las explicaciones para los colores rojizos podría ser ésta: A medida que las venas de las hojas se van cerrando por el cambio de estación, los azúcares quedan atrapados en su interior y al reaccionar con otras sustancias de la planta generan este color rojo.

Según esta teoría si los días son cálidos y soleados con noches frías, los colores que se producirán serán vibrantes por que más azúcares se quedan atrapados en la hoja.

A este proceso de cambio de coloración le sigue la caída de las hojas. A medida que las células se van acumulando en la base de la hoja, las venas se van cerrando hasta que finalmente caen. Así el árbol se deshace de las hojas que de otra seguirían consumiendo el agua necesaria para su subsistencia en el invierno.

Respecto a la planta de la vid… ¿Sabías que las viñas de uva tinta cambiaran de tonos verdes a una gama de rojizos y granates mientras que las de uva blanca, lo harán a tonos amarillos?

Éste paisaje efímero y cambiante del que os venimos hablando durará hasta que haga su aparición la primera helada.

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Por aquí os dejamos un post con una ruta por los paisajes de viñedos más bonitos de La Rioja. ¡Descargable en PDF!