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En el anterior post nos quedamos con las uvas cargadas en el tractor, por lo que, terminado el trabajo en el campo, toca la labor en la bodega ¡Aquí no se libra nadie!

Transporte

Los racimos son transportados en cajones de pequeño tamaño (200kg ) para que la uva llegue lo más entera posible a la bodega. Lo que pretendemos es evitar que los granos se rompan pues esto hará que comience la oxidación (si, la uva también se oxida y cambia de color cual manzana). Algunas bodegas deciden transportar sus uvas en camiones frigoríficos. Normalmente suelen realizar esto las que tienen los viñedos muy alejados, cuando el trayecto hasta el lugar de descarga es bastante largo. En el caso de las bodegas del sur de España, donde hace mucho calor, esta práctica evita también la fermentación del mosto debido a las altas temperaturas. En el caso de la uva blanca, evitar que oscurezca (se oxide) es bastante importante si se quiere un vino de color claro, por ello otra de las prácticas habituales es vendimiar de noche cuando la temperatura es más baja.

Respecto a nosotros, no tenemos mucho problema con este tema (algún beneficio teníamos que tener las pequeñas bodegas…) ya que nuestros viñedos están alrededor de la bodega, lo que hace que apenas se tarden unos minutos en transportar las uvas de un sitio a otro. Como quien tiene un huerto en casa y coge un tomate directamente de la rama para comérselo.

Descarga y selección

La mercancía llega poco a poco a la bodega, donde pasa a la mesa de selección. Este paso es un segundo control de calidad de los racimos: de nuevo se dejan los mejores y también se retiran las hojas o ramitas que pudiera haber. Tras esta selección se separan los granos de uva del raspón (rama vegetal a la que están sujetas las uvas) y se estrujan, dando lugar al mosto. mesa-de-seleccion_finca-de-los-arandinos

De mosto a vino

El mosto junto con la piel de la uva (hollejo) es llevado al depósito de fermentación. A partir de ahora comenzamos el proceso de creación del vino, es decir, el paso de zumo de uva a “la bebida de los dioses”

Y seguro que pensaréis ¿Por qué el mosto no se cuela y se deja con la piel? Pues tengo que informaros de que este elemento de la uva, me atrevería a decir que es el más importante de todos ¿A que no lo hubierais pensado?  Es el encargado de dotar al vino la mayoría de sus características; color, sabor, olor…

Otra curiosidad es que los depósitos de fermentación no son llenados hasta arriba, los dejamos  al 75% de su capacidad ya que en este momento, el vino va a aumentar su volumen. Si dejáramos reposar la mezcla, las pieles flotarían, quedando todo el tiempo en la superficie (y lo que queremos es que estén en contacto con el mosto), por esto ponemos en funcionamiento los motores de REMONTE (Encargados de mover el líquido, cogiendo de la parte inferior del depósito y echándola hacia arriba) ¡Todo listo para la fermentación! ¿Tienes alguna duda? Déjanos un comentario y ¡te la resolvemos!